Guadalupe, Camila y un grupo de amigas aprovechó el fin de semana largo para juntarse y propiciar una actividad que, alentada por sus papás, nos enseña que si todos ponemos de nuestra parte, podremos vivir en un lugar más ordenado y limpio.

La explicación fue simple: "No nos gusta que la ría esté tan sucia" y la frase fue un disparador para que sus papás las alentaran a comprometerse y ser parte activa del cambio que proponían.

Y aceptaron el desafío. Sólo les pidieron a sus papás algunas bolsas de consorcio y guantes para poder facilitar la tarea de recolección. Y a pesar del intenso frío y la lluvia, las pequeñas salieron con la energía propia de los chicos a limpiar un tramo de la ría. Bolsas, plásticos, latas, botellas rotas, papeles fueron parte de los elementos que sacaron de la playa. Lejos de cansarse, el desafío las incentivó más. Ir todos los fines de semana a limpiar otro pedacito de la costanera.

Lo que a la vista de cualquiera podría parecer un simple juego de niñas, nos muestra que el compromiso por el lugar donde vivimos, empieza con una sencilla acción y la voluntad de querer vivir en una ciudad más limia y ordenada. Felicitaciones chicas yo jalá muchos más se contagien de sus ganas y deseos de vivir en una Río Gallegos mejor.