Por: El Mediador 23/04/2025

Del "maligno" al "sabio": medios internacionales señalan el giro de Milei sobre el Papa Francisco tras su muerte

La muerte del pontífice argentino reavivó en la prensa mundial las viejas ofensas del presidente Milei, quien años atrás lo calificó como "imbécil" y "comunista". Su viraje reciente, marcado por elogios y gestos institucionales, no pasó desapercibido fuera del país.


La muerte del Papa Francisco no solo generó conmoción entre fieles católicos y líderes mundiales, sino que también trajo al centro de la escena una contradicción llamativa que los medios internacionales no dejaron pasar: el abrupto giro en el discurso del presidente argentino Javier Milei, quien pasó de ultrajar públicamente al pontífice a despedirlo con respeto y admiración.

Durante su campaña política, el ahora jefe de Estado atacó con dureza al Papa. En entrevistas, redes sociales y actos lo acusó de ser “el representante del maligno en la Tierra”, “un imbécil que impulsa el comunismo”, e incluso lo vinculó con regímenes autoritarios por su defensa de la justicia social. “@Pontifex_es siempre parado del lado del mal”, escribió en febrero de 2022. Estos hechos lo enfrentaron no solo con la Iglesia, sino también con gran parte del electorado argentino, de tradición católica.

Sin embargo, tras su triunfo electoral en 2023, el discurso cambió. Milei fue recibido en febrero de 2024 en el Vaticano por el propio Francisco. Lo calificó como “el argentino más importante de la historia” y habló de su “bondad y sabiduría”, en lo que muchos leyeron como un intento por reconstruir puentes y desactivar un frente de conflicto incómodo para la política exterior argentina.

La prensa internacional no tardó en señalar la contradicción. El País de España publicó una nota titulada “El Papa que sulfuró a Bannon, Milei, Salvini y Ayuso”, en la que recuerda cómo el pontífice fue blanco de ataques de líderes de la ultraderecha mundial, incluido el presidente argentino. Newsweek en Español recordó también las polémicas declaraciones de Milei en entrevistas y redes, y cómo su viraje posterior parecía más una operación de control de daños que una reconciliación sincera.

Incluso durante su campaña, algunos sectores católicos organizaron misas de desagravio por los insultos del entonces candidato, y carteles callejeros lo acusaban de odiar al Papa mientras “el pueblo lo ama”.

En estas fechas, la despedida oficial de Milei habla de un “profundo dolor” y destaca que “haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor”. Pero la memoria digital y el archivo periodístico internacional no olvidan tan rápido.

Hoy, con un país atravesado por la crisis, el Presidente necesita todos los símbolos posibles para sostener su relato. Y el papa argentino, a quien denigró con odio, se convirtió en uno más de ellos. La muerte de Francisco no borró el archivo, pero sí activó el cinismo: queda expuesta en la cobertura mediática global la tensión entre ideología y conveniencia, entre lo que se dice en campaña y lo que se sostiene en el poder.