EL MUNDO 17/03/2020

Bolsonaro continúa ninguneando al coronavirus

El líder brasileño viola la cuarentena y abraza a sus fieles.

El presidente de Brasil dejándose fotografiar por sus admiradores en el palacio de Alvorada.

Jair Bolsonaro cree que el populismo ultraderechista que enarbola está hecho a prueba de virus. El presidente brasileño continúa ninguneando la gravedad de la propagación del Covid-19, a pesar de que el país que dirige concentra el mayor número de contagios en Latinoamérica y el Caribe, con 234 casos confirmados hasta ayer y otros 2.000 sospechosos. Bolsonaro está inmunizado contra las críticas que le llueven tras violar la cuarentena preventiva y mezclarse con sus seguidores durante un acto masivo en Brasilia, al que llamó intensamente a participar pese al riesgo que comportan las aglomeraciones en este momento.

“Si el pueblo va a la puerta del palacio, yo tengo que estar junto al pueblo, tengo que demostrar que estoy con ellos”, se justificó ayer el mandatario. “No da para que me echen las culpas de una posible diseminación del virus”, agregó en entrevista telefónica con radio Bandeirantes, donde rechazó las críticas y aseguró que se enmarcan en una “lucha por el poder”.

Análisis del covid-19
El mandatario se hará hoy un nuevo examen tras el negativo de la semana pasada

El controvertido acto se celebró el domingo en la plaza de los Tres Poderes de Brasilia, donde se concentra el palacio presidencial de Planalto y las sedes del Parlamento y el poder judicial. El miedo al coronavirus no impidió que tuvieran lugar unas manifestaciones convocadas desde finales de enero en la capital y distintos lugares del país, donde miles de personas salieron a las calles para apoyar al Gobierno y pedir la clausura del Congreso y del Supremo Tribunal Federal (STF).

Las concentraciones no fueron oficialmente convocadas por el gobierno, aunque el presidente y su entorno las promovió por las redes sociales como forma de presión de Bolsonaro al parlamento, que se niega aprobar algunas de las iniciativas del ejecutivo y frena partidas presupuestarias o la tramitación de proyectos emblemáticos para el ejecutivo como la reforma tributaria.

El mandatario contravino las propias indicaciones del ministerio de Salud, que el viernes divulgó medidas preventivas para evitar la expansión de la enfermedad, que incluían evitar aglomeraciones ciudadanas como las del domingo, que fueron especialmente numerosas en Río de Janeiro y Sao Paulo. Bolsonaro no sólo participó en la de Brasilia, enfundado en la camiseta blanca de la selección brasileña de fútbol, sino que estrechó manos, se dejó tocar y se sacó selfies con sus simpatizantes sin ninguna medida de protección, menospreciando el riesgo que corrían los asistentes por mezclarse entre sí y también con el propio mandatario, que es sospechoso de ser portador del Covid-19 y debería estar sometido a cuarentena por precaución.

El presidente viajó el penúltimo fin de semana a Miami, donde se encontró con el presidente estadounidense, Donald Trump. Desde su regreso a Brasil, once miembros de su comitiva han dado positivo por coronavirus y, aunque Bolsonaro se realizó el análisis la semana pasada y dio negativo, las dudas sobre su estado de salud persisten y hoy se someterá a un nuevo examen. “Me siento muy bien”, dijo ayer.

Viaje a EE.UU.
Once miembros de su comitiva han dado positivo pero Bolsonaro minimiza el virus.

En la entrevista, el líder ultraderechista se despachó contra sus rivales políticos, que criticaron su asistencia al acto, a quienes llamó “irresponsables” y “mártires”, empezando por el presidente del Congreso, Rodrigo Maia, con quien está especialmente enfrentado por la negociación presupuestaria y por los proyectos de ley frenados. “Un jefe del poder ejecutivo no puede vivir amenazado todo el tiempo”, indicó. “Sería un golpe aislar al jefe del poder ejecutivo”, insistió Bolsonaro.

Maia había mostrado el domingo su “perplejidad” por la participación del mandatario en la concentración. “Estamos viviendo la mayor crisis que Brasil vivió en los últimos cien años”, dijo Maia. “Y tenemos un presidente que promueve manifestaciones contra otras instituciones”, agregó. No obstante, ayer Maia optó por hacer un llamado a “estar unidos” para “reducir el impacto de la llegada del coronavirus”.

Al salir de su residencia en el palacio de la Alvorada, Bolsonaro se detuvo ayer a saludar a sus simpatizantes, como hace habitualmente, y volvió a minimizar la gravedad de la pandemia. “De acuerdo, va a traernos problemas, seguro: al que sea anciano y tenga un problema o una discapacidad. Pero no es eso lo único que dicen: también que en China ya está prácticamente acabándose”, afirmó Bolsonaro.

FUENTE: La Vanguardia.

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