Los 5 problemas detrás de la turbulenta temporada del Paris Saint Germain

El liderazgo en la Ligue 1 y la expectativa por la serie ante Real Madrid en la Champions League no ocultan la falta de funcionamiento en el elenco de Mauricio Pochettino

DEPORTES03/02/2022DANIELLA MANCILLA PROVOSTEDANIELLA MANCILLA PROVOSTE
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PSG

No fue una eliminación más en la historia del Paris Saint Germain, un club que desde noviembre de 2011 persigue la excelencia a partir de las grandes inyecciones de dinero realizadas por sus dueños qataríes. A más de una década del desembarco de los inversores que transformaron por completo al club de la capital francesa, cuando parecía que el conglomerado de estrellas alcanzaba su auge por las llegadas de Lionel Messi y Sergio Ramos a un vestuario costoso, el PSG quedó eliminado de la Copa de Francia en los octavos de final ante el OGC Nice. Ni el astro argentino pudo evitar una caída que vuelve a exponer la turbulencia que atraviesa un conjunto que había generado enormes expectativas por los futbolistas fichados en el mercado del último verano europeo. Su cómodo liderazgo en la Ligue 1 y la expectativa por la serie ante Real Madrid en la UEFA Champions League no logran maquillar la falta de funcionamiento del equipo dirigido por Mauricio Pochettino.

Pese que está ubicado cómodamente en la cima de la tabla de posiciones de la Ligue 1, con 11 puntos de ventaja sobre el Niza (su verdugo en la Copa), y mientras aguarda por su participación en la Champions League, esta es la primera vez que PSG no alcanza la final de la Copa de Francia desde 2014, como también es la primera vez que termina un partido de este certamen sin marcar goles desde la final contra Lille en 2011. Es indiscutible que los rendimientos están lejos de su verdadero potencial si se considera la calidad de jugadores como Messi, Ramos, Neymar, Kylian Mbappé o Gigi Donnarumma.

Pochettino no ha logrado encajar las piezas, su equipo es vulnerable en defensa y le cuesta hacer daño en ataque. Cada pérdida de balón los deja expuestos atrás y sus avances no tienen suficiente peligrosidad. Hay una notoria falta de identidad que termina adornada por la jerarquía individual al momento de imponerse a sus rivales. A los problemas para edificar un modelo de juego, hay que sumarle el bajo rendimiento de algunas individualidades, lo que alimenta la irregularidad en los resultados.

• POLÍTICA DE FICHAJES VS. FUNCIONAMIENTO

Una política deportiva como la que tiene el Paris Saint Germain es un arma de doble filo. Los entrenadores asumen un enorme desafío al tener que idear un funcionamiento que logre potenciar a varios jugadores de gran calidad agrupados por decantación dentro del campo de juego. Tener a jugadores como Donnarumma, Ramos, Messi, Neymar y Mbappé disponibles para la alineación no siempre es sinónimo de éxito: es necesario crear para todos ellos un ecosistema futbolístico en el que puedan coexistir y brillar. Muchos de los partidos del PSG en este curso lo han visto ganador, incluso con goles fantásticos de Messi y con la valla de Donnarumma invicta, pero en el Parque de los Príncipes saben que son victorias huecas, poco convincentes, lejos del nivel pretendido.

El tándem ofensivo del PSG no suele ejercer una presión alta para recuperar la pelota y con tres jugadores fuera del sistema defensivo el equipo queda más expuesto en la retaguardia. Pochettino suele poblar el mediocampo con jugadores dispuestos al despliegue físico para suplir esta falencia. Marco Verrati, Wijnaldum, Idrissa Gueye, Ander Herrera, Danilo Pereira y Leo Paredes trabajan a destajo por delante de la defensa. Aún así no evitan que el equipo quede partido en las transiciones.

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Un equipo inconexo no puede sobrevivir bajo los lineamientos del fútbol moderno. Podrá sostenerse circunstancialmente por algún destello de brillantez que aporte un determinado intérprete, pero no hay forma de que alcance un rendimiento sostenido si no trabaja como una unidad integral. Más allá de que luego Messi, Neymar y Mbappé puedan congeniar sus talentos en ataque, el abismo que existió en varios partidos entre ellos y el mediocampo ha generado inconvenientes en un equipo que debería tener una postura más dominante al pisar el césped.

A Pochettino le cuesta dar en la tecla en el plano táctico y estratégico. No ha construido su prestigio como entrenador con ayuda de grandes estrellas, todo lo contrario, ha logrado triunfar en el Espanyol, Southampton o Tottenham con equipos que donde el todo es más importante que cualquier individualidad. Tiene contrato con el PSG hasta 2023, pero su continuidad dependerá de si logra crear un sistema equilibrado en todas sus líneas.

• VULNERABILIDAD EN DEFENSA

Dentro del defasaje generado entre la política deportiva y el proceso de construcción de un modelo de juego sólido, el sector defensivo se ha visto perjudicado por la contratación de Achraf Hakimi, un lateral derecho de gran calidad que tuvo que adaptarse a un sistema distinto al que había experimentado en el Borussia Dortmund o el Inter de Milán: pasó de jugar de carrilero en un 3-5-2, y acoplarse ocasionalmente a los tres centrales, a ser integrante indispensable en una defensa de cuatro jugadores.

Hakimi estaba acostumbrado a desempeñar mayormente labores ofensivas y ser un actor de reparto al momento de recuperar la pelota. En su llegada a Francia ha tenido que lidiar con más responsabilidades –dar cobertura a los mediocampistas, ser más proactivo en los marcajes u ofrecerse en la salida con balón desde atrás– y eso dejó expuesto al equipo a nivel defensivo.

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Según estadísticas de Opta, el PSG de esta temporada recupera menos balones que la campaña pasada. La brecha no es tan notoria en la Ligue 1, donde pasó de 54 recuperaciones por partido a 48.5, pero sí en la UEFA Champions League: en el certamen europeo pasó de 60,3 recuperaciones por encuentro a solamente 44. Además empezó a conceder más remates en ambas competencias. Su vulnerabilidad está a la vista.

• UN TRIDENTE EN CONSTRUCCIÓN

Cualquiera podía pensar que sumar a Lionel Messi en un ataque ya integrado por Neymar y Kylian Mbappé iba a generar un impacto inmediato en el poder ofensivo de un Paris Saint Germain que, sorprendentemente, no tiene tanta fluidez en campo rival ni genera tanto peligro como antes. El astro argentino, lógicamente, tenía que adaptarse al mayor cambio en su vida desde que tenía 13 años y a las ideas de Mauricio Pochettino, quien eligió volcarlo sobre la derecha, pero muchas veces quedó aislado, encontró mejores resultados como cuando jugó detrás del delantero centro.

Las falencias de ataque del PSG han quedado también expuestas en la Champions League, la competición que más obsesiona al club. En la fase de grupos de la temporada anterior, generaron 13,5 remates por partido, mientras que en este curso solamente han promediado 9,7 tiros por compromiso.

Messi y Neymar jugaron juntos en Barcelona de 2013 a 2017, pero esa sinergía que lograron generar con Luis Suárez como tercera pieza no se ha replicado al compartir cancha con Mbappé. Para empezar, no han contado con muchas posibilidades para construir una sociedad arrolladora: Messi, Neymar y Mbappé solamente han jugado siete veces juntos como titulares en toda la temporada. En los primeros tres compromisos, apenas Mbappé aportó un par de asistencias, pero lo hizo saliendo ocasionalmente hacia las bandas, donde se siente más cómodo, pero en una posición en la que no puede actuar cuando juega junto al astro argentino y el crack brasileño.

En total, en esos siete partidos en los que compartieron cancha, han aportado cinco goles: Mbappé y Messi marcaron dos, mientras que Neymar solamente anotó uno. Es evidente que habrá cada vez mejores resultados si Pochettino logra darles rodaje a sus tres máximos exponentes ofensivos, aunque la rotación natural de la plantilla le ha impedido ponerlos en cancha con más frecuencia y atentó contra su desarrollo.

• PROBLEMAS EN EL VESTUARIO

Como si los problemas en las distintas fases del juego no fueran suficientes, las estrellas del Paris Saint Germain no están en su mejor versión en el plano individual. Keylor Navas y Gigi Donnarumma tienen una dura competencia por ser la primera opción para defender la portería y ambos han manifestado su descontento por la falta de continuidad. Navas ha participado en 18 partidos, en los que ha recibido 17 goles y solamente mantuvo la valla invicta en seis ocasiones; mientras que Donnarumma ha encajado nueve goles en 14 partidos esta campaña y suma la misma cantidad de arcos en cero que su compañero. No son cifras alarmantes pero la rotación a la que están sometidos les resulta perjudicial para tomar ritmo competitivo y alcanzar su plenitud.

Otro de los jugadores que todavía tiene mucho por demostrar es Sergio Ramos, que ha convertido un gol en la última jornada de la liga francesa frente a Stade Reims, pero tuvo una primera mitad de temporada para el olvido. Sus lesiones lo marginaron por completo de la fase de grupos de la UEFA Champions League, solamente pudo jugar cuatro partidos en la Ligue 1 (238 minutos) y ya vio su primera tarjeta roja.

Y las máximas estrellas del club tampoco logran pisar sobre suelo firme, porque Kylian Mbappé y Neymar atraviesan una campaña lejos de su esplendor, uno con dudas sobre su futuro y el otro aquejado por lesiones por enésima vez. A Mbappé le urge un salto en su carrera y todo apunta a que será jugador del Real Madrid: el diario Bild informó que no va a renovar su contrato con el PSG y el “acuerdo total” será oficial después de la eliminatoria de octavos de final de la Champions League. Ha sido el futbolista más determinante del equipo, con 19 goles en 29 partidos en todas las competiciones, pero su mente está puesta en el próximo paso para su trayectoria deportiva.

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 Neymar volvió a sufrir una lesión que lo puede marginar de instancias decisivas de la Champions League (Foto: REUTERS)

Neymar, en cambio, ha utilizado la llegada de Leo Messi para enfocarse nuevamente en su día a día en el PSG –quiso regresar al FC Barcelona el año pasado pero no logró destrabar su salida– pero las lesiones vuelven a ser un problema mayúsculo para él en instancias decisivas. Lleva más dos meses lesionado desde que sufriera un fuerte esguince de tobillo ante el Saint-Étienne y va a llegar con poco rodaje al partido de ida de los octavos de final contra el Real Madrid. El staff médico del club trabaja a contrarreloj para garantizar su presencia en una eliminatoria transcendental.

Los problemas familiares también han dejado a Mauro Icardi afuera de algunas convocatorias y entrenamientos, mientras que la pandemia de COVID-19 ha provocado algunas bajas inesperadas a lo largo de la campaña, lo que implicó que Mauricio Pochettino no pudiera tener a todas sus figuras en plenitud.

• UN MESSI ENFOCADO EN QATAR

Ha ganado su séptimo Balón de Oro, pero Lionel Messi todavía no ha logrado encadenar un puñado de actuaciones superlativas ni ha conseguido colocarse como uno de los jugadores más influyentes del PSG de Pochettino. Sus cinco anotaciones en la misma cantidad de partidos en la vigente edición de la UEFA Champions League resultaron vitales para lograr la clasificación a la siguiente fase y le dan sentido a su arribo a París, pero contrastan con que solamente ha marcado un gol en 12 partidos de la Ligue 1 y no termina de encontrar un contexto que saque a relucir toda su genialidad.

A sus 34 años, después de un año desgastante en el que conquistó la Copa América y selló la clasificación al Mundial de Qatar 2022 con la selección argentina, tiene sentido que Messi todavía no se encuentre 100% adaptado a su nuevo equipo. Ha jugado más minutos con Argentina que en la Ligue 1 en los últimos siete meses. Sus esfuerzos para conseguir los objetivos con la Albiceleste se mezclaron con la traumática salida del Barça, el traslado con su familia a París, y el desafío de adaptarse a un vestuario lleno de estrellas y aclimatarse a la intensidad física de la Ligue 1.

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 Lionel Messi no tiene tanta participación en el PSG como la que tenía en el FC Barcelona (Foto: REUTERS)

Ya no tiene tanto contacto con la pelota como en Cataluña –pasó de 91,6 toques en La Liga a 72,3 en la Ligue 1– y eso ha impactado directamente en el resto de sus números. Principalmente, marca menos goles y remata menos al arco. De 0,9 anotaciones en España pasó a solamente 0,1 en Francia, además de que sus tiros a puerta disminuyeron de 2,6 a 1.

Su único gol en la liga francesa llegó después de 44 tiros al arco, lo que puede traducirse en que hay fallos en la ejecución, pero principalmente en que recibe el balón más atrás y no ha encontrado posiciones cómodas de remate en los últimos metros. Con su salida del Camp Nou también es probable que haya dejado atrás sus años de atacante goleador para transformarse definitivamente en un volante creativo, aunque también fue el goleador y máximo asistente de la Copa América. Mientras que Scaloni armó un ecosistema que hace brillar a La Pulga en el tercio final, en Francia tiene que asumir un rol más protagónico en la gestación y buscar con pases progresivos a Kylian Mbappé.

La versión actual de Messi, que ha cambiado de equipo por primera vez en su carrera y encontró en la Selección un grupo de jugadores dispuestos a brindarle facilidades para hacerlo brillar, es una versión diferente a todas las que se han visto antes. El Paris Saint Germain no lo necesita para recuperar su trono en el plano doméstico, pero definitivamente depende de su talento para lograr el ansiado objetivo de ser campeón de Europa. El Real Madrid visitará el Parque de los Príncipes el próximo 15 de febrero. Todavía tienen unos días por delante para solucionar sus problemas.

Fuente: INFOBAE 

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