Río Gallegos: Los 14 días de aislamiento no pararon la suba de casos ¿Qué falló?

Desde el 1 de agosto que se dispuso la vuelta a fase de aislamiento, la capital de Santa Cruz sumó 529 casos nuevos de coronavirus. Desde el 14 de julio, fecha del inicio del brote y estando en etapa DISPO (Distanciamiento con actividades y reuniones autorizadas), Río Gallegos tenía 446 casos. Los números muestran que no se frenó la curva de contagios y que a pesar de las restricciones, la suma de casos nunca paró.

LA CIUDAD17/08/2020Roberto TorresRoberto Torres
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Todo el mundo esperaba que a partir de la determinación de volver a fase de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) adoptada desde el pasado 1 de agosto, la curva de contagios en Río Gallegos iba a bajar, pero finalmente eso no ocurrió.

Durante 15 días, la capital de Santa Cruz restringió la circulación peatonal y vehicular, redujo el horario de funcionamiento del sector comercial a sólo 7 horas (De 10 a 17), cerró la totalidad de los rubros considerandos "no esenciales", no hubo actividad en la mayoría de las dependencias de la administración pública provincial ni municipal, suspendió las actividades recreativas y deportivas y prohibió nuevamente las reuniones sociales y familiares. Fue casi un calco de la denominada Fase 1 que se atravesó hacia fines de marzo de este año al inicio de la pandemia.

Era de suponer que a partir de tantas restricciones y con la circulación limitada, al menos las estadísticas deberían haber mostrado una baja en la curva de contagios, pero ocurrió todo lo contrario: En la nueva fase de ASPO de 15 días, se sumaron más casos que en la etapa DISPO desde el inicio del brote en la ciudad, ocurrida desde el 14 de julio.

La única explicación que esgrime el Gobierno es que al haber circulación local del virus, tales parámetros ya no son comparables. Con el mismo fundamento, muchos se preguntan cuál es el sentido entonces de seguir manteniendo la ciudad en etapa de aislamiento si la sumatoria diaria de casos podría no bajar. El cada vez más posible colapso del sistema de salud parece ser un claro argumento válido.

En los primeros mensajes del Presidente Alberto Fernández al inicio de la pandemia, se argumentó incansablemente que la decisión de Argentina de iniciar una cuarentena total tan anticipada, se fundamentaba en la lógica de ganar tiempo para que los sistemas de salud en todo el territorio, pudieran prepararse para la escalada. Transitando el octavo mes del año y a casi cinco desde el comienzo de la historia del coronavirus por estos lares, la falta suficiente de profesionales de la salud se ha convertido en una variable que amenaza con precipitar casi a diario, una estructura sanitaria que quedó diezmada frente al descomunal crecimiento que el virus ha registrado en poco más de un mes. Sobre saturados y sobre exigidos, sin posibilidad de rotar turnos ante la falta de personal. Así están los médicos, enfermeros y personal sanitario del Hospital.

La presión ejercida por comerciantes, empleados de comercio e incluso vecinos que empatizaron con el reclamo en la caravana del pasado viernes, parece ser la única explicación lógica para una nueva fase de aislamiento "mucho más flexible" hasta el 30 de agosto próximo, así como los anuncios de un plan de asistencia y ayuda para el sector, que debería haber aparecido mucho antes.

A días del arranque del mes de septiembre, no son pocos los que tienen la sensación de estar frente a un año perdido, olvidable por donde se lo mire y analice; un año que para muchos terminó dilapidando sueños y años de trabajo, empleos y salarios, proyectos y metas laborales y personales. La complejidad sanitaria del momento, parece cada vez más reñida con el cansancio y el hartazgo de muchos quienes ya no entienden de lógica ni quieren seguir teniendo una actitud comprensiva.

Les será cada vez más complicado a quienes deciden, mantener el equilibrio que la situación amerita. Está claro que ni echando culpas, ni utilizando imprudentes calificativos, se logrará una armonía general. Algo esta fallando, alguna medida no está siendo bien aplicada, alguien está errando el diagnóstico y aplicando acciones que no nos permiten mejorar nuestra situación. Sólo eso explica como estando media ciudad paralizada, no sólo no estamos igual, sino que estamos peor.

LA REALIDAD DE LOS NUMEROS

Desde el brote 14 de julio: casos positivos en Río Gallegos:

  • Martes 14 – 1 caso
  • Miércoles 15 – 12 casos
  • Jueves 16 – 20 casos
  • Viernes 17 – 25 casos
  • Sábado 18 – 52 casos
  • Domingo 19 – 43 casos
  • Lunes 20 - 17 casos
  • Martes 21 – 8 casos
  • Miércoles 22 – 35 casos
  • Jueves 23 – 24 casos
  • Viernes 24 – 19 casos
  • Sábado 25 – 39 casos
  • Domingo 26 – 19 casos
  • Lunes 27 – 14 casos
  • Martes 28 – 7 casos
  • Miércoles 29 – 49 casos
  • Jueves 30 – 24 casos
  • Viernes 31 – 38 casos

INICIO ASPO

  • Sábado 1/8 – 19 casos
  • Domingo 2/8 - 34 casos
  • Lunes 3/8 – 34 casos
  • Martes 4/8 - 32 casos
  • Miércoles 5/8 -  36 casos
  • Jueves 6/8 - 46 casos
  • Viernes 7/8 - 21 casos
  • Sábado 8/8 - 24 casos
  • Domingo 9/8 - 25 casos
  • Lunes 10/8 - 27 casos
  • Martes 11/8 - 31 casos
  • Miércoles 12/8 - 50 casos
  • Jueves 13/8 - 33 casos
  • Viernes 14/8 - 37 casos
  • Sábado 15/8 -  52 casos
  • Domingo 16/8 - 28 casos

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